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lunes, 19 de mayo de 2014

Armas y Homicidios a nivel mundial

Armas y homicidios
Patricia A. Taus.
Los estudios criminológicos sobre tasas de homicidios mundiales revelan peculiaridades regionales que deberían ser consideradas por los funcionarios estatales a la hora de prevenir el delito, es decir, al momento de elaborar una política criminal seria.
A nivel macro, según el “Estudio global sobre homicidios” de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (2011), “en todo el mundo se produjeron 468 mil homicidios en 2010, de los que un 36% se cometieron en África, un 31% en el continente Americano, el 27% en Asia, el 5% en Europa y el 1% en Oceanía”. Específicamente ajustando las cifras a la población de cada región, la ONUDC localiza las mayores tasas de homicidios en África, con 17 muertes por cada 100 mil habitantes, y América con 16, doblando la media global de 6,9 homicidios por ese espectro de población. A mucha distancia se sitúan Asia, Europa y Oceanía, con cifras de entre 3 y 4 homicidios por cada 100 mil habitantes, cuyos autores y víctimas en su mayoría son hombres.
A nivel micro, América es la primera región del mundo en muertes por armas de fuego, ya que contabilizan el 74% de los homicidios, mientras que en Europa representan el 21%.No obstante, América Central y el Caribe son las únicas regiones del mundo en las que aumentó el número de homicidios desde 1995. A título ilustrativo, el informe afirma que en América Central uno de cada 50 hombres mayores de 20 años morirá antes de alcanzar los 31 años, una tasa 400 veces mayor que en algunas partes de Asia o Europa. Los países latinoamericanos con mayores tasas de homicidio son Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Colombia, Brasil y México. En Honduras y El Salvador se producen 77 y 62 muertes por cada 100 mil habitantes, respectivamente, y que en su conjunto Centroamérica es la segunda zona del mundo con la mayor tasa de homicidios. Detrás se encuentran Colombia y Venezuela, donde se llega a un promedio de 37 asesinatos por cada 100 mil habitantes; mientras en México la media llega a 25 y en Perú a 11 homicidios.
Del análisis de estas cifras surgen las siguientes conclusiones:
* A escala global se pueden establecer claras diferencias por sexos, ya que el riesgo de morir en un homicidio es mucho mayor para un hombre (11,9 personas por 100 mil) que para una mujer (2,6 por cada 100 mil).Según la ONUDC, los hombres jóvenes entre 20 a 29 años que viven en ciudades son los que más probabilidades tienen de morir de forma violenta (con una tasa de 21,1 por cada 100 mil).Y mientras que los hombres mueren en su inmensa mayoría en espacios públicos, las víctimas femeninas son asesinadas en su mayor parte dentro del hogar.
* Se advierte la existencia de “un vínculo claro entre el crimen y el desarrollo. Los países con amplias disparidades de ingresos tienen cuatro veces más probabilidades de resultar afectados por delitos violentos que las sociedades más equitativas”. En el caso concreto de América Latina, “el crimen organizado, tienen un desproporcionado papel en el impulso de la tasa de homicidios y llega a representar una cuarta parte del total de las muertes por arma de fuego”. (ONUDC, 2011)
A nivel internacional, el 60 % de los homicidios es causado con armas de fuego. Sin embargo, resulta paradójico que la mayor cantidad de muertes por armas de fuego se presenten fuera de las zonas de conflicto. Ello parece ser consecuencia de la proliferación de la tenencia y/o portación (legal o ilegal) de las mismas por parte de civiles sumado al incremento del pandillaje; el crimen organizado y la delincuencia común. Al respecto, el oficial para proyectos de la región andina del Centro Regional para la Paz, el Desarme y el Desarrollo de América Latina y el Caribe (UNLIREC), Camilo Duplat (2011) sostiene que los números indican que “existen 875 millones de armas para una población mundial de 7,000 millones de personas, lo que significa que actualmente hay un arma por cada ocho personas, es decir, el 12 % de la población a nivel mundial tiene un arma”. Además, precisó que “en Perú existen 2.7 armas por cada 100 personas, en tanto que en Colombia aproximadamente un 6 por ciento de su población cuenta con armas de fuego, en El Salvador un 5.8 por ciento y en Venezuela un 10 por ciento”.
De acuerdo al Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe UNLIREC (2012) “existen alrededor de 80 millones de armas de fuego existen en América Latina y el Caribe, la mayor parte en poder de civiles, lo que acrecienta el problema de la violencia en el continente”. La circulación y acumulación excesiva de armas pequeñas es un factor importante que contribuye al surgimiento de la criminalidad
relacionada con las mismas. Debido a estos desafíos, los Estados de pertenecientes a esta región han sido defensores firmes del desarme en el escenario mundial, jugando un rol importante en la Conferencia de la ONU de 2012 sobre el Tratado sobre el Comercio de Armas (ATT)
Por su parte, en los Estados Unidos la tasa nacional de mortalidad por armas de fuego se ha mantenido en 10,5 por cada 100.000 personas desde 1999, muy por encima del promedio mundial. Algunas de sus ciudades exhiben tasas epidémicas de muerte por arma de fuego similares a los centros urbanos afectados por la delincuencia en América Latina y el Caribe. A titulo ilustrativo, presenta tasas de homicidios de arma de fuego seis veces mayor que la vecina Canadá, y 45 veces más alta que la Inglaterra.
Actualmente, los niveles de violencia letal en realidad están en niveles históricamente bajos. Los descensos se produjeron después de la aprobación de una legislación específica diseñada para prevenir las muertes por armas de fuego, a saber: Ley Brady de Prevención de la Violencia (1993), Ley de Control del Crimen violentos y orden público o el llamado Asalto prohibición de las armas (1994), y la verificación de antecedentes penales Sistema Nacional Instantáneo del FBI (1998). No obstante, ante la carencia de una legislación federal la reducción no ha sido todo lo esperada. En este contexto, el porcentaje de estadounidenses que temen caminar solos por la noche se ha incrementado desde el año 2001 a casi 4 de cada 10 en 2011
En 1996, el Congreso ha financiado la investigación en salud pública relacionados con las armas de fuego en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en un 96 por ciento. Para poner esto en perspectiva, los recursos dedicados a la investigación de las armas de fuego constituyen sólo 0,0018 por ciento del presupuesto de la CDC 2013.
Mientras tanto, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), desde1978, ha recopilado datos significativos sobre la venta de armas de fuego, sobre todo, en sus oficinas locales en los estados colindantes con México, donde se presenta el más significativo tráfico ilegal de armas. Pese a ello, en 2013 el Congreso despojó a la ATF de la autoridad para recopilar datos sobre las tiendas de armas para estimar el tráfico de armas entre EE.UU. y México. Sumado a ello, desde 2003, está prohibida para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) a partir de la recopilación de datos la inmediata verificación de antecedentes penales Sistema Nacional (NICS) que es obligatoria por ley para administrar en nombre de las tiendas de armas.
Sin esos datos detallados, es fácil hacer un diagnóstico equivocado de las causas y consecuencias de la violencia armada, y por lo tanto mal prescribir las intervenciones necesarias para evitarlo. (Topher McDougal Robert Muggah, 9 de marzo de 2014).
En este contexto, diversos legisladores han expresado su renuencia a aprobar una ley de armas, argumentando que sería ineficaz. Sin embargo, la evidencia disponible sugiere lo contrario. Específicamente:
* Un estudio importante de salud pública encontró que el riesgo de homicidios en los barrios y cerca de un minorista arma era casi 13 veces mayor que en los situados lejos de uno.
* Otra evaluación encontró que el lapso de la Prohibición de Armas de Asalto en 2004 fue el responsable de un aumento en la tasa de homicidios de más de 16,4 % en la frontera con México.
* Otro artículo científico encontró que la tasa de homicidios en los municipios mexicanos cercanos a California, donde la prohibición de armas de asalto a nivel estatal todavía estaba en vigor después de 2004, aumentaron menos que en municipios cercanos a otros estados fronterizos de Estados Unidos. Asimismo, vincula el lapso de la ley de verificación de antecedentes de Missouri con un alza anual de 60 asesinatos.
Por otro lado, algunos expertos afirman que la verdadera causa de la violencia armada en los Estados Unidos no tiene nada que ver con las armas de fuego. Sostienen que las armas no matan a la gente sino que son las personas las que matan a otras personas. Así, la violencia armada es atribuible a otros factores latentes en las comunidades estadounidenses y disposiciones psicológicas individuales. Entre las muchas razones, indican que se tendría que observar el mal estado de la atención de salud mental y recordar que luego de 1972 se produjo la desinstitucionalización de tratamiento psiquiátrico de larga estancia. Por otra parte, otras “causas raíz” incluyen la glorificación de la violencia en los juegos populares de cine, televisión y vídeo. Estas causales podrían ser advertidas como una táctica de distracción por los partidarios de los derechos de armas y sus patrocinadores de la industria. Sin embargo, sería deseable que la plaga de la violencia armada se abordara a través de políticas específicas. (Topher McDougal Robert Muggah, 9 de marzo de 2014).
Con respecto a la reforma de la política nacional de armas se puede decir que más de la mitad de los estadounidenses no están satisfechos con las leyes y políticas del arma, la proporción más alta en más de una década.
Aunque todavía la administración de B. Obama no ha logrado que el Congreso aprobara una nueva legislación de armas de fuego, se han logrado sendos progresos, a saber:
* Nombró a Todd Jones como director de ATF en 2013, cargo que había permanecido vacante durante seis años.
* Inició una serie de iniciativas de control de armas.
* Los Institutos Nacionales de Salud han desplegado recientemente nuevos mecanismos de financiación para la investigación sobre las armas de fuego en su relación con la salud infantil y la violencia en las escuelas, nombrando a Vivek Hallegere Murthy (un conocido estudioso del área) como Director General de Sanidad. Según Topher McDougal Robert Muggah (9 de marzo de 2014) “la renuencia de los políticos para hacer frente a la violencia armada puede atribuirse principalmente a los esfuerzos implacables de la Asociación Nacional del Rifle (NRA)”. No obstante, se sabe que unos 32.163 estadounidenses murieron por heridas de bala en 2011. Otros 70,000 más fueron no fatalmente herido en el mismo año, y sufren debilitantes cicatrices físicas y psicológicas. El coste económico de estas pérdidas se han estimado en 47 mil millones dólares al año. Esta cifra excede groseramente el beneficio económico de la industria, calculado por el Shooting Sports Federación Nacional, en 18 mil millones dólares por año.
De todo lo expuesto se puede concluir que la facilidad en el acceso de armas y municiones hace difícil hacer frente al problema, que se ha convertido en una seria amenaza para la seguridad interna en muchos países del mundo donde los ciudadanos parecen asumir los costos de este tsunami de violencia.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA.
* Camilo Duplat (29 de Septiembre de 2011), “Hay 80 millones de armas de fuego en América Latina y el Caribe”, en Andina, agencia de noticias peruana (29 de septiembre
de 2011), , disponible en internet en http://www.andina.com.pe/espanol/noticia-hay-80-millones-armas-fuego-america-latina-y-caribe-estiman-379944.aspx#.UzGY8fldUTA
* Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), “Estudio Global sobre Homicidios” (6 de octubre de 2011), disponible en internet en https://www.unodc.org/mexicoandcentralamerica/es/webstories/2011/estudio-unodc-homicidio.html * Topher McDougal Robert Muggah (9 de Marzo de 2014), “A little bit of everything”, How the firearms industry benefits from America´s gun violence epidemic”, en Los Angeles, Post-Examiner, disponible en internet en http://lapostexaminer.com/firearms-industry-benefits-americas-gun-violence-epidemic/2014/03/09
* UNLIREC, Informe Anual (2012), disponible en www.unlirec.org/force_download.aspx?file=arc_12…

Las otras ciudades de la próspera UE


  
Así es la ciudad europea que no quieren que veas
Con las elecciones cada vez más cerca, repasamos 6 puntos negros de la pobreza y el conflicto en el Viejo Continente
Por: Natxo Medina,  jueves 15 de mayo de 2014  



De Nápoles a Estocolmo, la idea de una Europa fuerte, próspera y unida se ve contestada por la realidad de barrios urbanos en los que la supervivencia es la ley. Recogemos unos cuantos casos significativos.
Desde que unos días atrás habláramos de cómo el cine se había acercado a Europa, las calles de las grandes ciudades ya se han llenado de carteles electorales: las caras de los candidatos cuelgan sobre nosotros como fantasmas a todo color, y sus rostros saludables y sus atuendos recién salidos de la tintorería contrastan con las imágenes de miseria que continuamente se viven en muchos puntos del continente. La cuestión es, ¿cómo reaccionarían al ver esas expresiones sonrientes algunos de los barrios más empobrecidos de Europa?
Casi siempre periféricas, en estas zonas sobreviven los cada vez más abundantes olvidados de la Unión. ¿Los más perjudicados? Clase trabajadora, niños, mujeres e inmigrantes. Muchos de ellos condenados a vivir en los extrarradios tras haber sido expulsados del centro histórico de las grandes ciudades turísticas. En estos enclaves se siente especialmente la mordedura de Europa, así como la miseria y la delincuencia que se han convertido en parte de su estructura viva. Paralelamente, en algunos casos se viven escenas de revuelta y resistencia. Son lugares que la cúpula europea seguramente preferiría enterrar, pero que existen, y que definen las claves del continente paralelo, el que queda fuera de las encuestas y las papeletas. Estos son algunos de sus ejemplos.

Añaza, Tenerife

En el barrio de Añaza, que creció a mediados de los 80 a partir de años de reivindicaciones vecinales, los niveles de paro rozan hoy el 50% de su población activa. En el caso de los menores de 25, el nivel llega hasta el 70%. Luis Celso, presidente de la Asociación de Vecinos del barrio, asegura que las escenas que se viven día a día allí “parecen de Posguerra”. Situaciones similares se viven en otros barrios españoles, como el de Orriols, en Valencia, con una alta tasa de paro sostenido, donde recientemente la plataforma de extrema derecha España 2000 donaba 4 toneladas de comida a los más necesitados... siempre que fueran españoles. Esto en un barrio en el que el 29% de la población es migrante. Una jugada que nos recuerda a las ayudas que la organización fascista Amanecer Dorado ofrece en algunos barrios pobres de Atenas a los más necesitados, excluyendo a todos los no-griegos.

Exarcheia, Atenas

Por suerte, no todo es miseria y fascismo en Grecia. También hay focos de insurrección como el barrio de Exarcheia, situado muy cerca de la Universidad Politécnica de Atenas, en el centro de la ciudad. De larga tradición anarquista, en él se concentra gran parte del activismo político de la ciudad. Empobrecido como se ha visto en los últimos años, sigue siendo un foco de lucha y resistencia. Fue en Exarcheia donde estallaron los disturbios posteriores al asesinato, a manos de un policía, del adolescente Alexandros Gigoropoulos en 2008. Disturbios que destaparon un descontento profundo y prolongado hacia la opacidad y la corrupción del gobierno. Una inquietud que pocos años después demostró estar del todo justificada. Aunque pocos imaginaran por aquel entonces que los peores disturbios todavía estaban por venir.

Fakuteta, Bulgaria

Un año antes de aquellos disturbios, en 2007, Bulgaria entraba en la Unión Europea. Hoy, a escasos cinco kilómetros del Parlamento, se encuentra el suburbio de Fakuteta, un terreno que ocupa alrededor de un kilómetro cuadrado en la periferia de Sofía. En ese espacio se hacina una población de 55.000 personas, en su mayoría de etnia gitana, abandonadas a su suerte. La población común tampoco lo tiene mucho más fácil: el salario mínimo no pasa de los 330 euros, y las pensiones de los 110. Al país, que sufrió una brutal decadencia tras la caída del Telón de Acero, no parece haberle servido de mucho su integración europea y hoy se ahoga en un mar de corrupción. Tanta que, según asegura Petar Jakimov, de la Liga Anti-Mafia Búlgara, “es uno de los pocos, si no el único país europeo en los que no hay actos de corrupción demostrada”. Tan obvia es, que nadie le hace caso.

Secondigliano-Nápoles

Algo similar pasa en uno de los lugares descritos en detalle por Roberto Saviano en su best-seller Gomorra. Pero lo más interesante aquí no es tanto el control total que la mafia ejerce sobre la población de la ciudad, sino en cómo a este problema estructural se ha venido a sumar el abandono casi total del Estado en materia social y educativa. En 2010 se suprimieron por completo las ayudas a familias sin recursos, lo cual dejó a cientos de miles personas en situación de indefensión total. Hasta 54.000 niños menores de 13 años han abandonado la escuela en la región de Campania, donde se encuentra Nápoles, muchos de ellos para trabajar o integrarse en la Camorra. Una situación que uno diría sacada de las peores estampas de la Revolución Industrial del siglo XVIII.

Husby, Estocolmo

En esta clasificación no caben sólo países dominados por viejas oligarquías corruptas. También naciones ricas y de larga tradición democrática como Suecia. En mayo de 2013 una serie de disturbios violentos estallaron en el barrio de Husby, en el extrarradio de Estocolmo, de mayoría inmigrante, donde hasta un tercio de la población entre 16 y29 años ni estudia ni trabaja. El conflicto duró días y se trasladó a otros barrios, e incluso a ciudades cercanas como Malmö o Uppsala. Husby encarnaba así un problema de racismo y de inquietud social acumulada, fruto del reguero de cambios políticos que empezaron en el país con la muerte de Olof Palme en el 86 y que han conseguido que hoy la brecha entre clases esté creciendo en Suecia más rápido que en ningún otro país de la Unión.

Sevran, París

Este núcleo de la Unión tampoco escapa de la quema. De hecho, Francia es uno de los países con más guetos urbanos de Europa. La denominación oficial alude a ellos como “zonas urbanas sensibles”, y contamos hasta 717, la mayor parte de las cuales están en las llamadas “banlieues”. En 2005 una de ellas, Clichy-Sous-Bois, al este de París, estallaba en llamas. Estos lugares, poblados sobre todo por emigrantes de segunda generación venidos de las antiguas colonias francesas, representan la falta de alternativas de toda una juventud a la que el país niega el futuro. Sevran, con un 18% de paro total y un 40% en el caso de los jóvenes y situada también al noreste de la capital, es hoy una banlieue prima hermana de aquella que puso a Francia en jaque. Sus habitantes están a un viaje en tren del centro, y aún así afirman sentirse “a un mundo de distancia”.

Un conflicto enquistado

Al respecto de los conflictos urbanos parisinos, Eric Hazan escribió: “Tengo la convicción de que París sigue siendo lo que ha sido durante más de dos siglos: el gran campo de batalla de la guerra civil en Francia entre aristócratas y sans–culottes. Poco importan los nombres que les podamos dar hoy”. Así se expresaba en París en tensión, urbanismo e insurrección en la ciudad de la luz, y su razonamiento podría ampliarse al choque ancestral entre élite y pueblo que recorre la Europa moderna. Esto explicaría por qué el patrón que siguen todos los disturbios comentados es tan similar.
Primero vienen las medidas gubernamentales (adelgazamiento del tejido público, privatizaciones, políticas de mercado en sustitución de políticas sociales...). Estas medidas profundizan la fractura social, generan un progresivo descontento ciudadano, falta de opciones políticas y perspectivas de futuro, discriminación cotidiana y en última instancia hambre y necesidad. De ahí al estallido sólo queda un paso.
Hoy se estima que 120 millones de ciudadanos europeos, de un total de unos 740 millones, no tienen trabajo, y muchos de ellos viven por debajo del umbral de la pobreza. Las ayudas de Cruz Roja aumentaron en un 75% entre 2009 y 2012. Muchos ciudadanos que sí trabajan, ven como la distancia entre ricos y pobres crece sin parar. Ante estas perspectivas, ¿qué puede importarle al empobrecido europeo de a pie lo que aquellos candidatos de los que hablábamos tengan que decir? Y si la confianza en ese pacto político hasta hoy más o menos firme amenaza con desmoronarse, ¿cómo puede un continente sobrevivir a esa brecha? ¿Estamos condenados a girar siempre en espiral? Estudiar estos barrios no nos vendría nada mal para conocernos mejor. Mientras tanto, estaremos borrachos con la idea de Europa, sin darnos cuenta de que tenemos un problema con el alcohol.
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lunes, 5 de mayo de 2014

Percepción Subjetiva de la seguridad ciudadana

SOCIEDAD / INFORME SEGURIDAD CIUDADANA

Los inmigrantes no aumentan la delincuencia percibida de los barrios

Un estudio demuestra que el ruido, la suciedad y el nivel educativo de los habitantes disparan mucho más la sensación de inseguridad entre los vecinos

Comparativamente con otros países, España no está obsesionada por la delincuencia. Pese a que la seguridad ciudadana, las drogas y la violencia doméstica no nos son ajenos, tradicionalmente el desempleo y el terrorismo han sido los problemas que más han agobiado a los españoles. Y sin embargo, nosotros nos sentimos más inseguros que los residentes en otros países con tasas de victimización similares o incluso más elevadas. ¿A qué se debe esta mayor delincuencia percibida por los españoles en sus barrios?
Jaime Lanaspa, director general de la Fundación «la Caixa», yAlfonso Echazarra, autor del presente estudio, doctor en Estadística Aplicada a las Ciencias Sociales por la Universidad de Manchester y doctor miembro del Instituto Juan March, han presentado esta mañana en CaixaForum Madrid el volumen 37 de la colección Estudios Sociales de la Fundación «la Caixa»: La delincuencia en los barrios. El informe, que analiza las razones por las que la percepción de la delincuencia varía de unos barrios a otros, fue ganador del Premio «la Caixa» de Ciencias Sociales 2013, y en él se da respuesta a alguno de los interrogantes de nuestra mayor sensibilidad ante la inseguridad.
En la última International Crime Victims Survey (2004-2005), menos de un 10 % de los entrevistados afirmaba haber sido víctima de un delito, la tasa más baja de los 30 países participantes. A pesar de ello, un 33 % de los españoles afirmaba sentirse inseguro por la noche en las calles, claramente por encima de la media de los países participantes.
Uno de los estereotipos del que más se ha abusado desde que nuestro país se convirtió en receptor de inmigración, es que con los trabajadores extranjeros también había venido una legión de delincuentes, para los que nuestro país era poco menos que un paraíso. Pero uno de los datos llamativos del informe es que pese a la creencia generalizada (el 80 % de la población en 2007) de que la inmigración incrementa el nivel de delincuencia, la realidad es que la diversidad reduce los niveles de delincuencia percibidaen el barrio.

Desorganización social

Las variables de nivel educativo bajo, desempleo, desintegración familiar, movilidad residencial y el grado de urbanización son también determinantes en la percepción que los vecinos tienen de la delincuencia y el vandalismo en su zona residencial. En barrios donde los residentes tienen un nivel educativo alto y un empleo estable, y los edificios están en buenas condiciones, los residentes son menos proclives a percibir altos niveles de delincuencia.
A nivel individual, los extranjeros, los hombres y las personas con más educación e ingresos y con una ideología de izquierdasson menos proclives a percibir su barrio como peligroso.
Otro de los mitos, o leyendas urbanas que se cae es el de la delincuencia en las grandes ciudades, donde se supone que el entorno sería más favorable. La realidad, según desvela el informe, es que en España existen 117 secciones censales -principalmente zonas urbanas, costeras y del sur de España- donde más del 90 % de la población considera que la delincuencia y el vandalismo son un problema. Pero solo cuatro de ellas están en Barcelona y Madrid.

lunes, 14 de abril de 2014

Proyecto Anillos en Violencia Urbana

Proyecto Anillos en Violencia Urbana 
Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana Crimen y Violencia Urbana.
 Aportes de la ecología del delito al diseño de políticas públicas.



El proyecto "Crimen y Violencia Urbana. Aportes de la ecología del delito al diseño de políticas públicas", se propone estudiar, en una investigación empírica y con perspectiva multidisciplinaria, el fenómeno de la criminalidad y la violencia que progresivamente se ha instalado en determinados barrios urbanos de las grandes ciudades de Chile. Se busca comprender qué características o procesos sociales de las comunidades facilitan y promueven su instalación, dificultando el impacto de las políticas públicas de prevención y control del delito. De este modo se pretende contribuir al diseño de políticas públicas.

Si bien Chile presenta uno de los menores niveles de victimización delictiva de América Latina, éstos son mayores que en países desarrollados. Los delitos más comunes en Chile son los efectuados contra la propiedad, pero son los que están acompañados por el uso o amenaza de uso de la fuerza los que más generan impacto y que en mayor medida afectan a sectores medios y populares.

Un estudio sobre barrios vulnerables constató que en el transcurso de los últimos 15 años el tráfico de drogas se ha consolidado en esos lugares y entre éstos se pueden distinguir barrios controlados por narcotraficantes, de aquellos que se encuentran en proceso de transición y otros simplemente desorganizados.

El diagnóstico anterior, sumado a los deficientes resultados mostrados por las políticas de seguridad pública implementadas en estos territorios, sugiere que estamos en presencia de un fenómeno evolutivo, multidimensional y que los marcos conceptuales en que se inscriben las intervenciones públicas no logran capturar en su complejidad. Emergen entonces las preguntas: ¿Por qué en algunos barrios se mantienen en el tiempo altos niveles de criminalidad y violencia?, y ¿Por qué en estos territorios las políticas públicas son poco efectivas y resulta extremadamente difícil y costoso revertir la situación que allí se vive?

Marco Conceptual e Hipótesis de Estudio

Las intervenciones de política pública, en general, se han guiado por teorías o enfoques que describen el fenómeno del delito como un hecho aislado centrando su foco sobre el delincuente. El gran déficit es que no analizan el contexto comunitario (barrio) como una entidad que, en sí misma, puede contribuir a desarrollar ciertas conductas de riesgo y prevenir otras. La teoría ecológica del crimen, en su vertiente de desorganización social, suple algunas de estas falencias al intentar explicar porque algunas comunidades concentran delitos a lo largo del tiempo, aunque sus habitantes y ciertas condiciones sociales cambien.

Una de las tesis de este enfoque teórico es la de la Eficacia Colectiva. En ésta se plantea que la presencia de recursos comunitarios como confianza, cohesión social, control social informal, entre otros, contribuyen a disminuir delitos y violencia en barrios urbanos. Además, afirman que la existencia de lazos sociales no es suficiente para enfrentar el problema delictual sino existe en la comunidad expectativas compartidas y voluntad para ejercer control social sobre los procesos locales, especialmente sobre las conductas de niños y adolescentes. A ello hay que añadir, que los mecanismos comunitarios suelen desarrollarse en contextos con suficiente dotación de recursos económicos. En otras palabras, la concentración de desventajas sociales sigue siendo un predictor directo del delito y de otros problemas sociales.

Por otro lado, aunque las tesis de la teoría ecológica del delito cobran sentido en la interpretación del aumento de la violencia en contextos territoriales específicos, tienen la deficiencia de no considerar el papel que juegan las políticas públicas. En esta línea, O'Donnell (1993) sostiene que la desigual vigencia del sistema legal a nivel territorial y social permite que se generen zonas donde la violencia pasa a ocupar un lugar preponderante. Contraponiéndose a esta tesis, Arias (2006) afirma que más que crearse "estados paralelos" (fuera del control político), lo que ocurre en estas zonas es que surgen redes y alianzas que vinculan al traficante con el sistema social y político externo, lo que les permite funcionar con normalidad. Por ello, si bien hay zonas en las ciudades latinoamericanas donde las leyes funcionan parcialmente, políticas sociales y de seguridad efectiva podrían jugar un rol importante para resolver el problema. Este último punto el que se evaluará en el estudio.

De lo anterior se deriva como hipótesis general que: "Bajos niveles de eficacia colectiva y de presencia y efectividad del Estado, controlando las variables de desventajas sociales, se asocian a un alto nivel de criminalidad y violencia permitiendo que se transformen en fenómenos permanentes y de alto impacto".

Líneas de trabajo

Para probar estas hipótesis, el proyecto abordará dos líneas de trabajo: la primera vinculada a la investigación empírica, propiamente tal, y la segunda, vinculada a traducir los conocimientos generados en impactos para las políticas públicas.

Línea de investigación. Para cumplir con el objetivo de "Determinar la relación entre mecanismos barriales y criminalidad y violencia, controlando las variables de concentración de desventajas sociales, presencia y efectividad del Estado, en barrios urbanos de Santiago, Valparaíso y Concepción", se realizará un estudio empírico que integrará datos de fuentes primarias (encuestas, observación sistemática, entrevistas y focus group) y secundarias (estadísticas policiales y sociales), bajo una metodología de análisis cuantitativo (estadística inferencial) y cualitativo (análisis de discurso).

Línea de impacto de política pública. En esta se espera "Generar recomendaciones de políticas públicas para los programas de seguridad ciudadana que actualmente se implementan a nivel local y proponer modelo(s) de intervención barrial." Para ello se realizará una revisión comparada de políticas de seguridad a nivel local, y se creará una red de discusión sobre políticas públicas. Además, se elaborará un modelo de política a nivel barrial, el cual se validará con la opinión de la comunidad y de expertos.

Línea de formación de investigadores jóvenes y redes. El proyecto contribuirá en la formación de una masa académica crítica (tesistas, prácticas e investigadores jóvenes), en la creación de redes de intercambio y colaboración entre centros académicos e instituciones públicas (nacional e internacional), y buscará incidir en las políticas públicas a través de la difusión de sus resultados.

Se espera generar conocimientos en cuanto a:

i) Generación y validación de explicaciones teórico-prácticas sobre las particularidades del delito y la violencia en barrios urbanos;

ii) Construcción de instrumentos para medir mecanismos barriales y recursos institucionales presentes en barrios urbanos;

iii) Producción de datos e indicadores inexistentes a escala barrial, utilizables en estudios posteriores.

FICHA TÉCNICA

Nombre del Proyecto: "Crimen y Violencia Urbana. Aportes de la ecología del delito al diseño de políticas públicas"

Financiamiento: CONICYT, en el marco del "II Concurso Anillos de Investigación en Ciencias Sociales"

Duración: 3 años

Participantes: Investigadores de CESC y de los Departamentos de Gobierno y Gestión Pública, de Economía y de Arquitectura de la Universidad de Chile.

Instituciones Chilenas Asociadas: - Carabineros de Chile - Asociación Chilena de Municipalidades

Instituciones Académicas Internacionales Asociadas: - John Jay School of Criminal Justice, The City University of Ney York, Estados Unidos, a través del profesor Desmond Arias, especialista en estudios sobre violencia en favelas en el Brasil.

- International Center for Crime Prevention, Canadá

- Development Studies, Faculty of Social Sciences, Universidad de Utrech, Holanda, a través del profesor Kees Koonings

- Centro de Estudios Centro de Estudios de Criminalidad y Violencia de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil.

Productos esperados y difusión: - Formación de investigadores jóvenes 2 o 3 por año - Realización de 1 tesis de pregrado y 1 de postgrado por año - 1 seminario nacional, al término del segundo año - 1 seminario internacional, al término del proyecto - Seminarios semestrales por videoconferencia - 4 publicaciones: 2 a nivel internacional indexadas y 2 a nivel nacional - 1 Publicación compilatoria al término del proyecto

jueves, 10 de abril de 2014

Un laboratorio de paz en Colombia.
EL PAÍS, 09/04/14
La masacre de El Salado fue una de las más violentas de la historia reciente del país
Hoy muchos de sus ciudadanos han vuelto y están reconstruyendo su vida
Una gran movilización social transforma la zona, con apoyo de organismos públicos y privadosUn campesino trabaja con hojas de tabaco, uno de los motores de la economía en El Salado. / OSWALDO PÁEZ

Si pretendían sembrar el terror, quienes jugaron al fútbol con las cabezas de los decapitados en El Salado, un pequeño pueblo colombiano de la región de Montes de María, lo consiguieron. Si buscaban destruir la aldea, a priori, también. Pero si lo que querían era acabar con la convivencia de por vida, fracasaron. La localidad, que antes de la masacre ejecutada por grupos paramilitares en el año 2000 contaba con 7.000 habitantes, es un ejemplo de muchas cosas: de la crudeza de un conflicto que dura más de 50 años, de la indefensión de las víctimas y del abandono que han sufrido durante muchos años, ignorados por el Estado y por una parte del propio pueblo colombiano… Pero también de que la reconstrucción es posible incluso en las zonas donde parece más difícil. Hoy El Salado es un laboratorio de paz que quiere ser el modelo para su región y el resto de zonas rurales asoladas por los enfrentamientos armados.

La masacre de El Salado es una de las más crueles de la historia moderna de Colombia. Entre el 16 y 21 de febrero de 2000, los paramilitares del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, con la complicidad de las Fuerzas Armadas, torturaron y mataron a decenas de campesinos en una barbarie que incluyó la violación de mujeres, el desmembramiento de personas con motosierras, el apaleamiento de ancianos y mujeres embarazadas y las mencionadas decapitaciones, al son de gaitas y tambores de júbilo. Se trataba de dar un escarmiento en una zona que supuestamente simpatizaba con la guerrilla de las FARC. Durante años, los paramilitares lograron hacer saltar por los aires la convivencia en El Salado. Pero en el año 2009, una iniciativa encabezada por la Fundación Semana (una revista colombiana), con la colaboración de numerosos agentes públicos y privados y, sobre todo, con la implicación de la sociedad de El Salado, ha conseguido devolver la esperanza a la zona. El caso fue analizado como ejemplo de reconstrucción postconflicto en la Casa de América de Madrid durante un encuentro celebrado el pasado lunes.

“Tras la tragedia nadie confiaba en nadie. Todos nos fuimos a las ciudades cercanas; el pueblo desierto”

“Tras la tragedia nadie confiaba en nadie. Todos nos fuimos a las ciudades cercanas y dejamos el pueblo desierto”, recuerda Leiner Ramos, de 30 años, testigo de la decapitación de su hermano cuando solo era un adolescente. Lo cuenta por teléfono desde El Salado, algo que habría sido impensable cuando ocurrió la tragedia, ya que se trataba de un lugar totalmente aislado. Por telecomunicaciones y también por medios tradicionales. “Se demoraba tres días en llegar a la ciudad más cercana. Ahora han hecho una carretera y son 45 minutos”, explica Ramos gracias a la antena que se instaló durante la reconstrucción. Es un ejemplo de colaboración privada: la aportó Telefónica.

Ramos es uno de los alrededor de 1.300 habitantes que han ido regresando a El Salado en estos últimos años. Tras la masacre, sus vecinos fueron desplazados a ciudades cercanas, donde su condición de víctimas no hacía sino estigmatizarlas aún más. Fueron regresando con cuentagotas por unas razones que explicó bien Edwin Navarro, uno de los campesinos que huyeron, en una charla en Colombia: “Los saladeños, los saladeros, los habitantes de El Salado y de sus veredas, cuando nos vimos forzados a dejar las tierras donde crecimos, donde soñamos vivir siempre, nos fuimos de pronto a ciudades donde sí teníamos luz, agua, mejores condiciones… pero no era nuestra tierra, allí nunca soñamos vivir. Allí llegamos por la acción de personas que se creyeron que tenían el derecho de destruir a un pueblo, que creyeron que tenían el derecho a callar con el sonido de las ba
las la acción y representación de toda una comunidad de aproximadamente 7.000 habitantes. Pero regresamos, porque esas son nuestras tierras, allí nacimos, allí vivimos aun con todas esas necesidades”.

Los agentes que han trabajado en el pueblo quieren que sea modelo del posconflicto para todo el país
En un principio, recibieron ayuda desde un punto de vista “muy asistencialista”, según explica María Isabel Cerón, directora de Ayuda en Acción en Colombia. Después, gracias al empuje de la Fundación Semana, cambiaron la manera de hacer las cosas. “Lo valioso de este proceso no solo fue la reconstrucción de la infraestructura, sino establecer confianza. Me impactó mucho porque cuando fui hace cuatro años contaban de una forma muy gráfica todo lo que les había pasado, como para generar lástima. Ahora nadie te pide nada, hablan del futuro de una forma diferente, pero teniendo muy en cuenta el pasado. Para que los hechos no se vuelvan a repetir, los pueblos deben de tener muy clara su historia. Es realmente increíble ver lo que se ha logrado con este proceso”, explica Cerón.

La clave de la reconstrucción está en la propia sociedad, insistieron una y otra vez quienes participaron en el debate. La directora de la fundación Semana, Claudia García Jaramillo, explicó que siempre tuvieron muy claro que el pueblo tenía que ser protagonista del proceso. “Nosotros nos limitamos a acompañarles, a facilitar el acceso de instituciones públicas y privadas que, más que poner dinero, han aportado un trabajo, cada una en su ámbito, que ha propiciado el cambio”, explica. La reconstrucción de las infraestructuras es lo que se nota a simple vista, pero la revitalización de la cultura, la recuperación de liderazgos sociales, la implicación de la juventud ha sido lo que ha promovido que los habitantes de El Salado vuelvan a vivir en paz en su tierra.

Quizás por eso, cuando se le pregunta a Leiner Ramos cuál es la clave de la reconstrucción, responde: “La casa de la cultura. Es lo que más nos une acá”. Es uno
de los núcleos de convivencia de un pueblo agricultor, que tradicionalmente ha tenido el tabaco como una de sus grandes fuentes de ingresos. Han recuperado una escuela primaria, una estación de policía, un centro de salud… Todo había desaparecido tras la masacre.

Los actores implicados en la reconstrucción inciden una y otra vez en la importancia de lo social. “Es una comunidad que oye a sus mayores. Es algo que no sucede en casi ningún lado. No sé por qué, pero lo han conseguido, no sabría explicarlo; tal vez por esa brecha de diez años en la que nadie estuvo en el pueblo. Ahora son los mayores quienes rescatan su cultura y costumbres”, reflexiona María Isabel Cerón.

Queda mucho por hacer para que El Salado sea el pueblo próspero que fue
Para lograr que El Salado vuelva a ser el pueblo próspero que fue queda todavía una larga labor por delante. Todavía existen problemas de abastecimiento de agua, de malnutrición infantil y de calidad de vida que ensombrecen algo algunos notables avances como el haber alcanzado una escolarización del 100% en niños de cero a cinco años, el parque agroecológico que sirve de campo de aprendizaje para los futuros empresarios de la tierra o los proyectos de microemprendimiento. Son las siembras de las que se esperan frutos, pero que ya han conseguido servir de amalgama para la convivencia.

Este ejemplo, con la movilización de entidades públicas y privadas, con este resurgir social, es el modelo que quieren llevar a otros lugares de Colombia los actores que han hecho posible este renacer de El Salado, desde las ONG hasta el propio Gobierno. Según el embajador de Colombia en España, Fernando Carrillo, se trata de una “semilla de transformación colectiva”. Una semilla que podría germinar en muchos otros rincones del país arrasados por la violencia