JORDI BORJA y ZAIDA MUXÍ.
El Espacio Público. Ciudad y Ciudadanía.
Ed. Electa. Año 2000. Barcelona
JORDI BORJA junto a la arquitecta ZAIDA MUXÍ han publicado
recientemente un libro titulado El Espacio Público. Ciudad y Ciudadanía.
Ed. Electa. 2000. Barcelona. Como profesor de geografía de la UOC ha enfocado sus
investigaciones hacia el urbanismo. La publicación de este libro entronca, por
así decirlo, con los postulados sociológicos de autores como Zygmunt BAUMAN ya
que contextualiza su discurso sobre la naturaleza de lo urbano desde la
perspectiva humana, pero entendiendo al hombre no solo como sujeto individual
si no como sujeto social, como grupo, como civitas, o si se quiere utilizar un
concepto que emplea con mucha frecuencia a lo largo del libro: COMUNIDAD. Es
ahí donde, a mi juicio, sitúa el centro de su discurso urbano y es también el
foco de sus diagnósticos de la crisis del fenómeno urbano y también de sus
soluciones.. Y es precisamente en ese contexto
en el que se incardina un análisis plagado de conceptos que por sí solos
tienen el suficiente carácter evocador: conceptos como espacio público
ciudadano, productores de ciudad, urbanismo de productos o de valores, degradación del espacio público, segregación
urbana, privatización del espacio público, espacio cotidiano, sentimiento de
pertenencia al lugar, participación de la comunidad, violencia urbana, etc…
Incluso llega a dedicar un capítulo a la seguridad ciudadana y el espacio público,
que como se ve, van de la mano para el autor.
Por ello su definición de la ciudad como espacio público
abierto y protegido lo es desde el punto de vista social, es para él un lugar
concentrador de encuentros. Por ello, sitúa como peligros precisamente que los espacios públicos se privaticen , que
se segreguen a veces mediante el uso, a veces mediante una falta de
planificación de la ciudad desde esta
perspectiva humana que él alienta, con procesos sobre los que es necesario
pensar como el urbanismo de productos, las promociones inmobiliarias masivas,
por ejemplo.
De ahí, según Borja, que el espacio público no genere por se
peligros, es el lugar en que se evidencian los problemas de la injusticia
social, económica o política, su debilidad aumenta el miedo de unos y la
marginación de los otros. Los problemas de segregación urbana, la existencia de
espacios monovalentes o monofuncionales, el propio diseño urbano y de las
infraestructuras que aíslan o segregan a
los ciudadanos confinándolos en áreas
concretas nos sitúan ante otro asunto no menor abordado en el libro y que en
anteriores entradas de este blog han sido tratadas: el diseño urbano
seguro o en sus siglas en ingles CPTED,
planteado como otro más de los pilares que pueden hacer de la ciudadano espacio
más humano.
Pero es cuando se detiene en la privatización del espacio
público cuando trata de conceptos como COMUNIDAD, BARRIO, SENTIMIENTO DE
PERTENENCIA A UN LUGAR… Mantiene que considerar la ciudad como algo de carácter
patológico hace que la solución a los problemas consista en la higienización,
en limpiar la ciudad de los otros, sustituyendo los espacios públicos por áreas
privatizadas consideradas como zonas protegidas para unos y excluyentes para
otros. Más allá, existe una búsqueda de seguridad que lleva a cerrar el espacio
público como si esta fuera la causa de la inseguridad y del miedo urbano. Por
el contrario, el ESPACIO COTIDIANO es el espacio de las relaciones con los
otros, del juego, del recorrido diario entre las diferentes actividades y del
encuentro. Por ello es necesario favorecer el espacio público dotándole de
cualidades estéticas, espaciales y formales que favorezcan y faciliten las
relaciones y el sentimiento de pertenencia al lugar. Y vuelve aquí al concepto
del CPTED cuando menciona cuestiones como la iluminación, la visibilidad que
redundan en un aumento de la vigilancia natural.
En contraposición a esa idea del sentimiento de pertenencia
al lugar considera que ciertos sectores de la población se les aisla a veces
con algo tan etéreo como en TERRITORIOS SIN LUGARES (1), es decir, espacios
carentes de significados y atributos como podrán ser en cualquier ciudad esas
barriadas marginales o los barrios populares carentes apenas de espacios
públicos y con escasa dotación de servicios e infraestructuras.
Pero el concepto de ciudad se apoya también en el de la
CIUDADANÍA, en la civitas. Porque lo urbano es para el autor el escenario de la
política, de la política de proximidad, del autogobierno, etc… Es el lugar de
la concertación entre actores sociales para llevar a cabo proyectos colectivos.
Y es elemento fundamental para construir ciudad de un modo más inclusivo es el
de fomentar la PARTICIPACIÓN CIUDADANA ya que cree el autor que producen y son
producto del desarrollo de la ciudadanía y en ese sentido propone diferentes
formas de participación ciudadana: la creación de consejos, comités, la
cooperación, la información, la negociación, el debate y la gestión de ciertos
aspectos por parte de actores sociales (asociaciones, empresarios…).Pág. 72.
Sin embargo, es cuando entra a considerar los derechos de la
ciudadanía cuando hace una serie de afirmaciones con las que no estoy de
acuerdo totalmente. Cuando afirma que la
inseguridad ciudadana la padecen las clases medio-altas (2). Es en este punto
en el que no coincido con el autor ya que como el mismo ha ido desgranando en
el libro la seguridad o la inseguridad afecta a todos los actores sociales, a
todos los ciudadanos, seguramente de formas diferentes o con una percepción
subjetiva de la seguridad desigual, pero afectando en definitiva a todos los
estratos de la población.
De otra parte, hace mención a la inexistencia de políticas
securitarias preventivas. En ese punto también
discrepo del autor. Cada vez más existen más planes de carácter
preventivo como son los que se impulsan
desde la Secretaría de Estado de Seguridad elaborando planes que afectan a
diferentes temáticas: drogas, seguridad vial, materiales conductores, productos
del campo, etc…, y otros que se enfocan a determinados colectivos: el Plan
director de seguridad escolar, grupos violentos, violencia juvenil,
victimización de determinados colectivos, sin olvidar las cuestiones de género,
etc… En ellos, la estrategia securitaria abarca la prevención y también la
represión de actividades ilícitas.
No obstante, la lectura del libro de Jordi BORJA tiene la virtud de reflexionar sobre lo
urbano desde una perspectiva en la que el hombre como sujeto social es su
centro y cómo fortaleciendo la comunidad se pueden encontrar soluciones a la
crisis del fenómeno urbano.
NOTAS:
(1).Véase la consideración de los NO LUGARES del libro
recientemente traducido al castellano del sociólogo francés Henri LEFEBVRE
titulado La Producción del Espacio, editado por Capitán Swing. En él Lefebvre
caracteriza el espacio urbano como “la obra de la gente en lugar de imposición
como sistema a la gente”. Es un lugar de encuentro, de simultaneidad y donde su
uso constituye su principal esencia. Habla en ese libro también de espacios
maquetados y monitorizados por la ideología, produciendo espacios claros, obedientes, legibles, etiquetados,
homogéneos, seguros, etc… producidos por el mercado para las clases medias que
sueñan con un universo social tranquilo, previsible, no conflictivizado y sin
sobresaltos que se diseñan para ellos como mera ilusión, según Manuel DELGADO
señala en la reseña del libro de Lefebvre publicada en el El País, suplemento
Babelia del 18!01/14.
(2). En este
sentido traigo a colación una entrevista a Jordi Borja publicada en Urbanista Jordi
Borja: la ciudad ideal debe ser un lugar de "diversidad" tanto como
de "libertad y de igualdad". www.el mercurio.com. Allí hablaba de esas urbanizaciones cerradas sobre sí
mismas y con vigilantes privados que se enclaustran frente al temor del otro y
que son precisamente la negación de la ciudad ya que cercenan su sentido mismo
de lugar contacto, de encuentro entre distintos. En este sentido habla Zygmunt
BAUMAN en La Modernidad Líquida del proyecto ###########3.