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martes, 26 de febrero de 2019

EL CONFIDENCIAL. DANIEL BORASTEROS 26/02/2019 05:00 -

EL MAYOR GUETO DEL NARCOTRÁFICO EN ESPAÑA

El barrio en el que no se atreven a entrar ni los repartidores de Amazon

Buenos Aires, en Salamanca, vende la heroína más barata del país y ni siquiera la gente más humilde quiere vivir allí aunque las casas no valen nada




En España, hay un barrio en el que nunca suben los precios. Ni siquiera nadie se molesta en calcular el valor del metro cuadrado: no vale nada. Un grupo de casitas rojizas encajonado entre carreteras, vigilado por grupos de jóvenes con cadenas en sus entradas, y rodeado de esa hierba pajiza que crece donde no llega nadie en las ciudades. Un barrio en el que ningún niño alcanza la educación Secundaria, no entran los repartidores por miedo y se vende la heroína más barata de España. Los chicos viven en un clima de violencia desde que no levantan un metro del suelo y los modelos a imitar son los grandes narcos. Tampoco hay un solo inmigrante. Nadie quiere vivir en el barrio más blindado del país: Buenos Aires, en Salamanca.


“Lo de que no entren los repartidores es lo de menos”, se lamenta Emiliano de Tapia, que es a la vez el cura, el presidente de la asociación de vecinos y la única voz que se atreve a hablar en la zona. La empresa MRW, según denunció el grupo de Ciudadanos en el ayuntamiento salmantino, decidió el pasado septiembre vetar varias calles de este lugar. Se trata del único sitio al que no llegan “oficialmente”. “Es lógico que no entren, porque este barrio va ya por su tercera generación de gente que no ha vivido más que en la violencia y no tiene ningún contrapeso en su educación”, subraya el religioso.


A diferencia de otras barriadas marginales en las que es frecuente el tráfico de drogas, Buenos Aires es un fortín en el que no hay casi mezcla: aquí casi todos se dedican a lo mismo y casi nada de lo que hacen es legal. Se trata de un grupo de viviendas levantadas en 1983, cuando a raíz del 'boom' turístico en la ciudad castellana se decide recuperar la parte del casco histórico donde estaba el antiguo barrio chino echando a las familias que vivían allí y realojándolas en esta finca en los confines de la población. Hay 350 viviendas en total.


De hecho, los dos principales bloques en los que se centra el tráfico de drogas son propiedad de la 
Junta de Castilla y León. Allí, en unas 30 viviendas, malviven los 'machacas' de las grandes familias de la droga y se encargan del trasiego diario. Son toxicómanos, en su mayoría de largo recorrido y cerca de 50 años, que, a cambio de sus dosis, trabajan para los clanes mafiosos.


“Todo esto surge porque el modo de vida de estas familias desaparece con los tiempos modernos y muchos escogen el narcotráfico como alternativa, lo que además es mucho más lucrativo”, relata Tapia. Los oficios a los que se reducen a, principalmente, la compraventa de mulos para trabajar en el campo. Un oficio, el de tratantes, en el que esos clanes ya han adquirido experiencia en relacionarse con las personas adecuadas para mover una mercancía de un lado para otro. Y lo mismo da animales que cocaína o heroína, siendo bastante más rentable el tráfico de drogas.


Un alto mando del Cuerpo Nacional de Policía en Madrid ya señalaba la relación de estos grupos de antiguos vendedores de animales salmantinos incluso con los grandes clanes de la droga que ahora están en Valdemingómez, el mayor punto de compraventa de estupefacientes de Europa. “Están aquí y allá, pero varias de las familias que controlan el mercado tienen fincas y provienen de Salamanca, Toledo o Extremadura”, recalcaba el policía.


“Este barrio es muy difícil y es una vergüenza, pero lo es también porque ha habido muchos intereses detrás para que fuera así”, desliza Tapia, a quien se le conoce popularmente como “el otro Papa de Buenos Aires”. Tapia se apunta a las teorías conspirativas que señalan al poder como el responsable del aumento del consumo de heroína en momentos puntuales: “A finales de los setenta con la movilización política, a primeros de los noventa con la crisis de entonces y la de 2008, en la que los jóvenes ven que no tienen ningún futuro”, desgrana. “Una manera de tener controlada a esa juventud es con las drogas”, sentencia el religioso, que ha apreciado un repunte en el consumo de heroína “en los últimos tres o cuatro años”.





Desde 2015, hay un grupo de trabajo con “reuniones sectoriales” para afrontar “el problema de Buenos Aires”, según explica un portavoz del Gobierno municipal salmantino. En esa comisión, además del consistorio, se sientan la Junta de Castilla y León y la subdelegación del Gobierno. Todos se han comprometido a “mejorar las condiciones del barrio”. Pero, por el momento, no se aprecian grandes resultados.


En el colegio público Gabriel Martín, los profesores acuden sin ninguna esperanza y con bastante temor. Ninguno de los niños que acude proseguirá sus estudios. Todos están atrapados en las dinámicas de la barriada y sus expectativas son seguir los pasos de los grandes héroes de cada clan de la droga. “Los padres que no están en el negocio no llevan sus hijos a ese colegio, no tiene ningún sentido”, revela Tapia, que insiste: “Esos niños son ya una tercera generación de narcos, no han vivido nunca una situación normal”. El colegio es tan peculiar que hasta los docentes tuvieron que compartir espacio con un okupa durante algún tiempo. Un hombre con problemas mentales que se colaba a dormir por el tejado del centro. “Lo curioso es que no era un hombre peligroso y era lo de menos de todo lo que sucede en aquel centro”, dice con ironía Tapia, que acoge en su parroquia a 17 exreclusos, como era el caso del hombre que pernoctaba en el colegio .

La situación del barrio es tan peculiar que cuando una mafia dedicada al tráfico de personas dejó tirados a 700 bolivianos en la provincia castellana y se los ubicó en esta zona por parte de los Servicios Sociales, todos se fueron marchando del lugar hasta no quedar ninguno de ellos. Si se vende una casa en Buenos Aires, el precio lo ponen los clanes de la droga y se la quedan ellos. Aunque ninguna alcanza más de 18.000 euros en esas compraventas . Los dos bloques en los que se centra el tráfico pertenecen a la Junta, pero tienen todos los suministros pirateados. Una situación que la asociación vecinal Asdecoba denuncia porque entiende que es “peligrosa”. El hartazgo de este grupo de vecinos es tal que lo que piden es, directamente, “que tiren el barrio y se empiece desde cero”, como exigieron en una manifestación el pasado 4 de febrero.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Los Distritos Madrileños más inseguros.

Carmena lleva más policía a cinco distritos para calmar a los vecinos

Diez barrios de Puente de Vallecas, Usera, Villaverde, Carabanchel y Latina tendrán mayor presencia policial hasta después de Navidades


Es curioso como ante el aumento de delincuencia en varios distritos de Madrid las asociaciones vecinales se han movilizado para solicitar de la administración pública una mayor presencia policial y la puesta en marcha de un Plan de Seguridad ha sido la respuesta por parte del Ayuntamiento de Madrid.


Cuando se entra a analizar las barriadas en que se ha puesto en marcha el plan observamos que ya desde antes que se evidenciara el problema de esos distritos hay otras entidades privadas que ya vienen analizando el problema desde mucho antes; tal es el caso del portal inmobiliario Idealista.com, pero lo que es más curioso y lo que quiero resaltar aquí es que los dos mapas que acompañan al artículo que se enlaza aquí combinan dos categorías de datos: los índices de delincuencia y el precio medio del m2 por distritos. Es decir, para el portal inmobiliario ambos datos van relacionados. Más allá de contrastar esta correlación de un modo más científico, se evidencia, a priori que existe un nexo entre las variables, si bien habría que estudiar qué fuerza y qué sentido tiene esa correlación.











En ese sentido, si seguimos indagando en esta problemática, encontramos otro hecho que se relaciona con estas cuestiones, con estas variables: es el auge de los locales de apuestas en ciertos distritos de Madrid, en un artículo de el 28 de enero de 2018 aparecido en El Confidencial titulado "las salas de juego exprimen los barrios pobres de Madrid: crecen un 140% desde 2014" se analiza la problemática que supone el auge de estos locales y cómo se asientan en los distritos más pobres de la capital y casualmente coinciden con los de mayores tasas de delincuencia o, al menos, con ciertos tipos de delincuencia (contra la propiedad, drogas, etc...).

En este mismo sentido se pronunciaban los contertulios del programa de radio de Ondacero Julia en la onda del día 16/11/18 donde se analizaba el auge de estos locales en aquellos "barrios" más depauperados de Madrid con mayores índices de pobreza, más paro juvenil, etc...

Se evidencia así que todos estos factores están relacionados entre sí y que para abordar esta problemática debe trabajarse desde diferentes ángulos de una realidad poliédrica en la que la actuación policial es uno más de los aspectos a tratar pero desde luego no el único, es decir, abordar el problema exclusivamente desde una perspectiva policial es un error, deben entrar en juego otras soluciones que de un modo transversal ayuden a paliar esa situación de inseguridad.

lunes, 21 de octubre de 2013

¿Qué hay detrás de las estadísticas?

A menudo las estadísticas ofrecen números, índices, porcentajes, etc… que pretenden mostrar la realidad de lo que acontece a nivel delincuencial.  Cualquier ciudadano entiende  el aumento o disminución de la cantidad de infracciones penales en números absolutos, pero, sin embargo, existe un concepto que recoge más acertadamente lo que cualquier persona percibe. Porque la percepción del delito a menudo no va aparejada con la disminución de la tasa delictiva, sino que, paradójicamente, con menores tasas de criminalidad el ciudadano puede percibir subjetivamente un mayor miedo al delito.
Más allá, la plasmación sobre un mapa de aquellos lugares en que ocurren los hechos delictivos se convierte en una herramienta que permite conocer o plantear hipótesis sobre  su origen, causas y, aún, posibles soluciones. Pero para ello, es básico realizar previamente un análisis de los datos estadísticos para posteriormente obtener un diagnóstico que permita identificar el problema, sus causas y que permita proponer soluciones.

Como se ve, se parte aquí de una perspectiva securitaria  de índole preventiva más más allá de  la tradicional reactiva.
Por supuesto que en los presupuestos de partida, en el enfoque con que se tomen los datos estará implícito también el sentido interpretativo que tendrán los mismos.
Por ejemplo, cuando se analizan las infracciones penales contra las personas de una demarcación policial concreta aparecerá un número absoluto que sumará los delitos y las faltas, aparecerá un porcentaje que nos indicará la evolución temporal del índice por meses o por años, pero escasamente una información mayor y más rica. Sin embargo, cuando los datos se desagregan por sexos, edades, formación académica, nivel económico, lugar donde viven los afectados o donde ocurren los  hechos, obtenemos una idea más precisa que ayuda al investigador a formar una imagen más cabal del hecho delictivo, de sus posibles causas y, por qué no, soluciones posibles.
Pues bien, este el presupuesto teórico del que partí cuando hace unos cuatro años realicé para una demarcación concreta un análisis desagregado de los datos, análisis que dura incluso hoy y que está en marcha. En el análisis de los datos es curioso obsevar como la mayoría de las infracciones penales relativas a las personas ocurren en un alto porcentaje en áreas concretas del espacio urbano: los jardines, parques o simplemente la vía  pública, pero cuando analizamos el sexo vemos que sus protagonistas son femeninas en una mayoría; sin embargo, cuando los autores son hombres los hechos a menudo revisten el carácter de delitos y su ocurrencia está más relacionada con lugares de ocio (bares, clubs de alterne, discotecas, pubs, etc…) aunque también con los espacios públicos.  Como se aprecia,  el análisis del fenómeno cruzando las variables lugar de ocurrencia y sexo arroja una primera aproximación a la naturaleza del fenómeno.
No obstante, cuando a esto se añade la variable lugar de residencia el fenómeno analizado cobra un matiz social indudable. La residencia indica en los casos de faltas contra las personas que en un amplio porcentaje se producen entre personas que viven en viviendas sociales, lo cual nos sitúa ante otro aspecto a reseñar: el económico. Que la mayoría de autores y/o víctimas residan en este tipo de viviendas nos lleva a una primera reflexión: la de que precisamente en  esa circunstancia reside una de las causas del problema. No es baladí afirmar también que si se estima otra variable como la del nivel de instrucción de las personas involucradas en estos hechos observaremos también en un amplio margen que el nivel de estudios es básico. 
Todo ello puede llevar a proponer la hipótesis de que las personas que viven en ese tipo de viviendas con un nivel económico y cultural similar tienen un mayor índice de infracciones penales contra las personas derivadas entre otras cosas de que posiblemente la falta de otras habilidades sociales haga que los problemas interpersonales se resuelvan de forma tan expeditiva.
En muchas  poblaciones se ha promovido una política pública de vivienda que ha desembocado en la guettización debido a la promoción de viviendas denominadas sociales en aquellos lugares en que el precio del suelo era más barato y seguramente realizadas bajo el criterio de economía de costes, de tal forma que personas con un perfil socioeconómico similar ocupan dichas viviendas haciendo que los problemas se amplifiquen dado que se pueden generar ciertos  problemas de convivencia entre los habitantes de las mismas. De hecho, cuando situamos en un mapa urbano los lugares donde viven sus protagonistas observamos que, como decíamos, el dato simple de la dirección adquiere toda su entidad ya que de ese modo se evidencian las densidades en aquellas promociones de viviendas que jalonan el espacio urbano o en los espacios públicos próximos a ellas.
No es gratuito hacer estas observaciones y focalizar estas problemáticas desde esta perspectiva ya que conociéndolas se pueden establecer políticas preventivas a medio y largo plazo. Medidas como que la política de vivienda pública pase por la promoción y subvención para reformar viviendas dentro del casco antiguo de las ciudades de forma que se evite la guettización;  estimular el movimiento vecinal; analizar la posibilidad de poner en marcha una escuela de padres para a muy largo plazo tratar de influir en los más pequeños a través de los padres; analizar los condicionantes físicos de los lugares con mayor densidad de este tipo delictivo para desde la perspectiva de los CPTED mejorar en la medida de lo posible el espacio urbano vivido y en definitiva encaminar las diversas medidas hacia la consecución de una mejor calidad de vida de los ciudadanos para lograr ex ante una mayor seguridad subjetiva.

En definitiva, mantengo que el análisis estadístico desagregado y analizándolo desde esa perspectiva espacial puede ayudar a entender el origen, las causas de los problemas sociales en el ámbito de la seguridad ciudadana pero entendiendo que las soluciones a los mismos deben ser transversales y que se debe superar el concepto represivo de la seguridad pública por otro de carácter marcadamente preventivo. Para ello, todos los entes sociales formales e informales pueden aunar sus esfuerzos para un fin común.


NOTA:  Estos análisis e hipótesis son solamente eso, especulativos, teniendo en cuenta que sus conclusiones no son extrapolables fuera del ámbito nacional y que se enmarcan en el ámbito competencial de la Guardia Civil.

domingo, 12 de mayo de 2013

Comunidad y CPTED



Comunidad y CPTED. Relaciones con el Plan Integral de Seguridad Ciudadana.



Sigo indagando sobre la última entrada en el blog a propósito de la comunidad. El Manual sobre Espacios Seguros de Paz Ciudadana da una definición del concepto y le añade algunas notas, algunos adjetivos que lo acotan desde la perspectiva que me interesa reseñar en este blog para mis propias investigaciones.


“La  Comunidad consiste en un grupo de personas que ocupan un espacio determinado; dicho grupo comparte elementos de identidad en común entre sus integrantes tales como una historia, creencias, cultura, religión y/o modo de vida que les diferencia de otros grupos que ocupan el mismo espacio”.

Un grupo puede formarse en torno a intereses, actividades u objetivos en común, por ejemplo.
La organización de un grupo  o Comunidad Local puede ser de dos tipos:
-formal: asociación, sindicato, junta de vecinos, etc.., es decir, aquellos grupos con personalidad jurídica propia.
-informal: grupo de amigos, grupo parroquial, etc…

Mediante el CPTED ciertos tipos de delitos y la percepción del temor al delito pueden reducirse y,  por ende,  pueden elevar la calidad de vida de la comunidad. Pero para ello el espacio urbano y sus características ambientales deben estar planificados, diseñados y manejados apropiadamente. Para ello es de vital importancia establecer, diseñar un plan integral de seguridad ciudadana.
El Plan Integral de Seguridad Ciudadana debe establecer un adecuado diagnóstico social en que se aborden  los problemas sociales de la comunidad y de sus actores, así como también un análisis geográfico del espacio en que se vaya a desarrollar  o establecer el plan integral de seguridad ciudadana.
Una característica o un objetivo principal de la prevención de la delincuencia  a través del diseño del espacio  urbano es quizás que se trata en definitiva de mejorar la cohesión social de la comunidad. ¿Cómo? Mediante el estímulo de la participación de la ciudadanía en la modificación del espacio urbano y sus características ambientales.

Esta estrategia basada en el CPTED  se asienta sobre varios principios:
-Promover la vigilancia natural.
-Fomentar el control natural de los accesos.
-Estimular la confianza y colaboración entre vecinos.
-Reforzar la identidad con el espacio público. (Estimular la participación ciudadana).
-Diseñar y Planificar barrios a una menor escala. En realidad a mayor escala, a escala micro, el ciudadano siente que puede controlar su espacio, que responde a su tamaño personal).
-Fomentar la participación y responsabilidad de la comunidad.
-Administrar adecuadamente los espacios públicos.